¿Cómo se hace el queso? Pasos para su fabricación

El proceso de cómo se hace el queso es una combinación fascinante de ciencia y arte culinario. Desde los quesos manchegos hasta otros quesos frescos o curados, la elaboración del queso implica una serie de pasos que transforman la leche en una delicia gastronómica.

En este artículo, profundizaremos en el proceso de elaboración del queso, explorando cada etapa de su fabricación para entender cómo se logra esa variedad de sabores y texturas que tanto disfrutamos.

Primeros pasos sobre cómo se hace el queso

El proceso de cómo se hace el queso comienza con una serie de pasos esenciales que sientan las bases para la variedad y calidad del producto final.

Estos primeros pasos son fundamentales en la elaboración del queso, ya que cada decisión y técnica utilizada afecta directamente las características del queso, como su sabor, textura y aroma.

¿Cómo se hace el queso? Pasos para su fabricación

A continuación, detallaremos estos primeros pasos en el proceso de cómo se hace el queso, poniendo especial énfasis en la importancia de cada etapa.

  1. Selección y preparación de la leche: Todo comienza con la selección de la leche, que es la materia prima del queso. La leche puede ser de diferentes orígenes: vaca, cabra, oveja, entre otros. La calidad de la leche es crucial; debe ser fresca y de alta calidad, ya que influirá significativamente en el sabor y la textura del queso. En algunos casos, se utiliza leche cruda para preservar los sabores naturales, mientras que en otros, se prefiere la leche pasteurizada por razones de seguridad alimentaria.
  2. Pasteurización: La pasteurización es un proceso por el cual la leche se calienta a una temperatura específica durante un tiempo determinado y luego se enfría rápidamente. Este proceso en es fundamental en cómo se hace el queso, ya que elimina las bacterias patógenas y estabiliza la leche, lo que es especialmente importante si el queso va a ser consumido por personas con sistemas inmunitarios débiles. Sin embargo, algunos quesos artesanales se elaboran con leche cruda para mantener ciertos sabores y características.
  3. Acidificación: A la leche se le añaden cultivos de bacterias lácticas que comienzan el proceso de acidificación. Estas bacterias convierten los azúcares de la leche en ácido láctico, lo que cambia la estructura de las proteínas de la leche. El tipo de cultivo bacteriano utilizado y la duración de la acidificación afectarán el sabor y la textura del queso.
  4. Cuajado: Se añade cuajo a la leche acidificada para coagularla, lo que significa que la leche pasa de un estado líquido a un gel o una masa sólida, formando la cuajada. El cuajo puede ser de origen animal, vegetal o incluso microbiano. La firmeza y el tamaño de la cuajada también jugarán un papel crucial en la textura del queso.

Estos primeros pasos en cómo se hace el queso son fundamentales para establecer la calidad y el carácter del producto final. Cada tipo de queso requiere una combinación específica de estos elementos, lo que demuestra la rica diversidad y complejidad del mundo del queso.

Proceso de elaboración del queso: cuajada y moldeado

El proceso de elaboración del queso entra en una fase crucial con la formación de la cuajada y su posterior moldeado.

Estos pasos son determinantes en la textura, forma y, en gran medida, en el sabor final del queso español. La habilidad y las técnicas empleadas en esta etapa reflejan la maestría artesanal de la quesería y son esenciales para definir el tipo y la calidad del queso.

A continuación, detallaremos el proceso de cómo se hace el queso, centrando nuestra atención en las etapas de cuajada y moldeado.

  1. Corte de la cuajada: Después de que la leche ha cuajado, el siguiente paso en el proceso de cómo se hace el queso es cortar la cuajada. El tamaño en que se corta tiene un impacto significativo en la cantidad de suero que se libera y, por lo tanto, en la humedad del queso. Cuajadas más grandes retienen más humedad y resultan en quesos más suaves, mientras que cuajadas más pequeñas producen quesos más firmes y secos.
  2. Cocido y lavado de la cuajada: En muchos tipos de queso, la cuajada se cocina a una temperatura específica, lo que ayuda a endurecerla y a expulsar más suero. Este paso es crucial en el proceso de elaboración del queso, especialmente para variedades como el Parmesano o el Gruyère. En algunos casos, la cuajada se lava, lo que reduce su acidez y resulta en un queso más suave y dulce, como en el caso del queso Gouda.
  3. Moldeado y prensado de la cuajada: La cuajada se coloca en moldes que le dan forma al queso. La presión aplicada durante el prensado expulsa el suero restante y compacta la cuajada, definiendo la textura del queso. El tiempo y la presión de prensado varían según el tipo de queso que se esté elaborando. Quesos como el Cheddar requieren un prensado más firme, mientras que quesos como el Brie son apenas prensados.
  4. Desuerado: El desuerado es el proceso de eliminar el exceso de suero de la cuajada. Este paso es fundamental en cómo se hace el queso, para determinar la consistencia final del queso, ya que un mayor contenido de humedad produce un queso más suave, mientras que un contenido menor resulta en un queso más duro.

El proceso de cómo se hace el queso, desde la formación de la cuajada hasta su moldeado y prensado, es un arte que requiere precisión y cuidado. Cada paso y cada decisión tomada durante este proceso de elaboración del queso influyen en las características únicas del queso, desde su textura y firmeza hasta su capacidad de maduración y desarrollo de sabor.

Últimos pasos sobre cómo se hace el queso

La maduración es una etapa fundamental en el proceso de cómo se hace el queso, marcando la diferencia entre un producto básico y uno con sabores y texturas desarrolladas y complejas.

Esta fase final en la fabricación del queso implica una serie de cuidados y condiciones específicas que permiten al queso desarrollar su carácter único.

A continuación, detallaremos los dos últimos pasos en el proceso de maduración del queso, donde la paciencia y la pericia son clave para obtener un producto de calidad excepcional.

Salado del queso

El salado es un paso esencial en la maduración del queso. Puede realizarse de manera directa, aplicando sal seca sobre la superficie del queso, o mediante baños de salmuera. La sal no solo mejora el sabor del queso, sino que también actúa como conservante natural y ayuda en la formación de la corteza.

Además, la sal regula la actividad bacteriana, lo cual es crucial para el desarrollo del perfil de sabor y la textura del queso durante la maduración.

Curación o maduración: el último paso en la elaboración del queso 

Después del salado, el queso se traslada a bodegas o cámaras de maduración, donde se almacena bajo condiciones controladas de temperatura y humedad. Durante este periodo, que puede variar desde unas semanas hasta varios años, el queso desarrolla su sabor, aroma y textura característicos.

En esta fase, algunos quesos pueden ser bañados, cepillados o volteados regularmente para asegurar una maduración uniforme. La maduración es un proceso vivo y dinámico: las bacterias, los mohos y las enzimas actúan sobre el queso, transformándolo gradualmente.

El tiempo de maduración varía enormemente según el tipo de queso; por ejemplo, un Cheddar joven puede madurar en unos pocos meses, mientras que un Parmesano puede requerir varios años para alcanzar su plenitud de sabor.

La maduración es, sin duda, uno de los pasos más artísticos en cómo se hace el queso. Es un periodo donde el queso adquiere su identidad y se distingue de otros productos. 

Este proceso de elaboración del queso es meticuloso y cuidadosamente controlado es lo que otorga a cada queso su sello distintivo y lo que convierte a la quesería en un arte culinario venerado.

Entender cómo se hace el queso nos permite apreciar aún más este alimento milenario. Cada paso en la fabricación del queso, desde la selección de la leche hasta la maduración, es un arte que ha sido perfeccionado a lo largo de los siglos. 

La elaboración del queso es una ciencia en sí misma, llena de matices y detalles que dan como resultado la amplia variedad de quesos que disfrutamos en todo el mundo.

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